De como la Administración hace chantaje
emocional para encubrir su ineptitud y
negligencia.
El caso de Silvia y su padre Manuel Rodriguez, a fuerza de grandes esfuerzos, especialmente por su parte y por los apoyos cada vez más numerosos ha saltado a los grandes medios. Aquí os traemos tres de esas apariciones del pasado jueves.
Parece ser que ya el departamento de Educación de la Junta de Extremadura está empezando a mover el trasero, pero me temo que de muy lamentable manera, porque una vez más estamos ante una administración, pésima, inmadura y negligente, ya que se escudan frente a los medios en decir que se trata no de un asunto de acoso y discriminación no atajados a tiempo y de forma adecuada, sino de absentismo escolar, con lo cual y como Manuel siempre nos ha venido a demostrar, el síndrome de Diógenes Administrativo parece que no tiene arreglo.
Parece ser que, según la información que transmiten diversos Medios de Comunicación e incluso la propia Consejería de Educación de la Junta de Extremadura, esta triste situación de la que una niña y un padre han sido y siguen siendo víctimas por recurrir a unos estamentos que consideraban garantes y no supieron serlo, finalmente está en manos de la fiscalía de menores, desde donde se harán cargo de las investigaciones pertinentes y confiamos en que en esta ocasión mire en la adecuada dirección, aunque tampoco es demasiado esperanzador que en su día esta misma fiscalía a la que el padre recurrió y le desestimó la denuncia y posterior investigación por acoso, ahora asuma esa investigación a instancias administrativas y por absentismo.
Sin embargo estos son los verdaderos hechos:
1.- Una niña con unas necesidades específicas de apoyo es acosada y excluida por una parte de sus compañeros. Hace más de cinco años de esto y al padre le sobran pruebas además del propio testimonio de la niña para poderlo documentar
2.- La situación depresiva de la niña llega al punto de pedir tras un fuerte cuadro ansioso-depresivo la muerte antes que ir al colegio.
Solo pensar en los niños que se han suicidado por situaciones similares y porque sus padres no supieron detectarlo a tiempo, tal vez porque no lo dieron importancia o lo encubrieron los centros escolares, pone los pelos de punta a cualquiera.
3.- El padre lo denuncia e incluso se siente obligado a cambiarla de colegio. Se vio forzado a emprender una huelga de hambre de cuya finalización le convencieron responsables administrativos y políticos prometiéndole lo que solicitaba y exigía, pero que en modo alguno cumplieron.
4.- NO ha recibido en absoluto ninguno de esos apoyos que requiere su trastorno por deficit de atención, más bien la recriminan en reiteradas ocasiones incluso los docentes el que no ponga atención con lo que refuerzan la discriminación de sus compañeros, a la par que están ejerciendo una discriminación por su diversidad de la que como docentes son conocedores y deberían ser conscientes. También el padre tiene pruebas de ello
5.- La niña vuelve a sentirse minusvalorada tras comprobar reiteradamente su rechazo generalizado y comienza a dar nuevas muestras de un alarmante desasosiego con frecuentes crisis de ansiedad.
6.- El padre continua poniendo todo esto en comunicación del centro donde solicita un cambio de aula, incluso antes del comienzo del curso, que le es denegado
7.- Desesperado porque como padre y como responsable de la niña, ante la sordera institucional y con el temor de que su hija sea sometida a más riesgos que no será capaz de afrontar psicológica y emocionalmente la saca del colegio, al comprobar desgraciadamente cómo tras los primeros 20 días lectivos de clase, su hija cada vez está más hundida, faltando incluso en 6 ocasiones por somatizaciones y rechazo al colegio, después de numerosas burlas, rechazos e incluso vejaciones.
8.- Previamente, a principio de junio de 2008. solicita una excedencia en su trabajo para atender él personalmente las necesidades anímico-emocionales de su hija que no atiende el sistema educativo. En el siguiente curso y tras ni siquiera ser evaluada para pasar a 1º de la E.S.O. donde debería estar; ya que se le deniega la matriculación, tras previamente estar prematriculada, el padre se ve obligado a matricularla en un centro californiano, donde sigue el programa a distancia para que su hija siga avanzando en su desarrollo académico y ve como la niña realmente avanza.
9.- Entre medias es consciente de que el entorno que su hija precisa es un entorno socializado con personas de su edad y pone varias denuncias en fiscalía, juzgado de primera instancia, defensores de lo nunca defendido, consejeras, presidente, movimientos asociativos, colectivos ciudadanos, exigiendo lo que su hija precisa, donde no sólo no es escuchado, sino que ante lo molesto de su caso es en casi todas partes puesto bajo sospecha, por ir plasmando de entrada en base a su experiencia, todas y cada un de sus exigencias, viendo como el comportamiento generalizado es mirar para otra parte.
10.- Finalmente consigue a través de su tenacidad y con unos poquitos apoyos, porque aun hay gente en el mundo que no se deja confundir fácilmente, hacer que salte a los medios grandes a esos que algunos llaman falsimedia y que gran verdad, porque otra vez y tras apresurarse la administración a limpiar su “buen nombre”, intentan sembrar la duda y otra vez gira la rueda.
11.- La Administración se apresura a declarar cinicamente, en las falsimedias, su extremada preocupación 17 meses después sin dar señales de ello y que por tanto, lo ha puesto en manos de la fiscalía de menores, como un caso de absentismo escolar porque dicen que el padre ha incurrido en irresponsabilidad. La misma fiscalía que antes a petición del padre, le dijo que tras consulta a instancias administrativas competentes no consideraba oportuno estimar la petición del padre de investigar la situación de esta niña.
12.- Para más inri en algunos medios y suponemos que para silenciarles, la administración parece haber declarado que al padre le ofrecieron llevar a su hija a un centro de educación especial y esto por su parte fue rechazado. De ser ciertas estas declaraciones, el tic segregacionista administrativo, también daría que hablar.
Desde mi punto de vista y tras el tiempo transcurrido esto no obedece más que a una cobarde huida hacia adelante pegando el cambiazo al origen de la realidad de los hechos, con la que tantas veces nos topamos los ciudadanos de a pie cuando la administración se pierde en su propia negligencia e ineptitud
Hay que ser hipócritas, ineptos, cobardes y tener mala baba como para ahora pretender quererse cebar más aun con esta niña y con este padre, que es lo que en definitiva están dejando de manifiesto y querer culparle de absentismo después de cinco interminables años de denuncias en los centros escolares y en los departamentos institucionales correspondientes.
No sabemos finalmente lo que ocurrirá en un país donde las malicias se sobreponen a las bondades, pero los hechos hablan por si mismos de hasta donde la crueldad, política y administrativa a cualquiera, un día puede alcanzarnos.
Pese a todo, soy o quiero ser optimista y confío que ante la evidencia y la suma de apoyos que Manuel se ha ido y se va día a día ganando, lo que viene a demostrar que ya no está tan solo como para que otra vez puedan alegre e impunemente apalearlo, impere la cordura y prevalezca el principio de igualdad de oportunidades que Silvía y él se merecen.
Os dejo para terminar otro video recogido también de su intervención en uno de los medios de comunicación en el que la propia Silvia nos dice como sus compañeros entre otras lindezas la decían que no valía para nada y que era una subnormal.
¿Para que un padre no sea acusado de absentismo, tiene que consentir que a su hija la sometan a un sistemático bullyng, sin importarle a nadie cuales pueden ser las repercusiones?
A ver si al menos la fiscalía de menores la cual ni siquiera quiso evaluar psicológicamente a Silvia como solicitaba su padre en las dos denuncias presentadas, repara en estos detalles, porque de no ser así, es que en este país a algunos ciudadanos las cuentas y los cuentos, no nos salen.
Mª Ángeles Sierra.
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