¿Conducción de “urgencia” o conducción por “negligencia” de agendas y compromisos varios?

 

Hoy leo en Extremadura Progresista la noticia “El chofer de Fernández Vara no será multado ni perderá puntos

http://extremaduraprogresista.com/index.php?option=com_content&view=article&id=7377:el-chofer-de-fernandez-vara-pillado-a-170-kilometros-por-hora-no-sera-multado-ni-perdera-puntos-le-han-aplicado-la-llamada-conduccion-de-emergencia&catid=39:hojas-parroquiales&Itemid=58

En ella se comenta la sanción que debería haber recaído sobre el conductor que llevaba al Presidente extremeño, Fernández Vara, ese día, pero que no será aplicada, ya que se trataba de una “urgencia”.

He estado trabajando en las instalaciones de alguna Consejería de la Junta de Extremadura en Mérida y sé, por algún que otro conductor, que esas acciones de no respetar límites de velocidad y demás están a la orden del día. Tampoco es extraño haber oído a algunos de ellos comentar, cuál batallita a los nietos, que ponían sus “bólidos” a velocidades bastante por encima de los 200, cuando la orden de algún alto cargo exigía premura y rapidez. No es extraño siendo autos de gama alta y porque desgraciadamente perdura ese dicho de “Quien paga manda”, aunque en este caso quien les paga seamos los contribuyentes.

Lo curioso de este caso, y repito hay tantos como Altos cargos existen en toda nuestra geografía, es que se intente evadir a estos Altos Cargos de su responsabilidad, no sólo como supuestos modelos y ejemplos a seguir por la ciudadanía, a la que éticamente se deben, sino como meros superiores de aquellos a los que dirigen; en este caso a simples conductores, que si bien tienen unos sueldos respetables, también es cierto que no suelen tener horarios fijos y sí disponibilidad total.

En cualquier caso los propios sindicatos no deberían permitir estos riesgos excesivos en el trabajo, para ellos y para terceros; y las autoridades competentes deberían dar ejemplo y sancionar como a todo “bicho viviente”, porque lo contrario es tolerar sistemáticos agravios comparativos; esos que tanto hartazgo nos produce a los “curritos de tres al cuarto” y que, desgraciadamente, somos una inmensa mayoría. Claro que, por otro lado, como me comentase en alguna ocasión un técnico de una Consejería “inmiscuirse en temas de otras instituciones podría ser falta grave” y, obvia y desgraciadamente no está el horno para estos bollos, en esta Extremadura empobrecida, económica, cultural, política y socialmente.

De todos modos espero que, cualquier día de estos, cuando mi hijo pequeño tenga nauseas en un viaje, pueda parar y no tenerme que poner el correspondiente chaleco reflectante, porque lo consideraré “acción de urgencia”. ¿O acaso es más importante que un Presidente Autonómico y todo un séquito de asesores pagados con nuestros impuestos, no prevean y controlen determinados parámetros a que un niño pequeño no controle sus problemas gastrodigestivos?.

Para finalizar aconsejar al Sr. Presidente Autonómico Extremeño que sepa atenerse a una agenda y a unos horarios establecidos, incluso por él mismo, ya que aquí, en Villafranca de los Barros, en Mérida, Madrid, Valladolid o donde haya gente que tenga un mínimo de seriedad los horarios, citas, reuniones y demás están para cumplirlas, porque lo contrario es de muy mala educación. No hablo ya de la simple invitación a un café como los ciudadanos acostumbramos a ofrecer a quienes invitamos a nuestra casa, sino el hecho ni de pedir disculpas por retrasos tan dilatados como 45 minutos, restados finalmente a supuestas reuniones que las invalidan tras quedarse en unos 15 ó 20 minutos; minuto más, minuto menos (Léanse

http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2010/04/saben-de-quien-hablo.html

http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2010/04/les-hablo-de-vara-como-no.html)

Ese menosprecio al reloj ajeno da lugar a “invitaciones temerarias” de quienes se sientan cómodos en la parte posterior, porque cuentan con conductores propios. Esos que a la primera orden, no dudan en pisar el acelerador de esos costosísimos autos a una velocidad de vértigo si es necesario; sólo que ponen en peligro no sólo su propia seguridad sino la de los demás. En todo caso queda patente la presión de quién les ordena: sus "ejemplares" jefes y, por ende, líderes sociales. Presión y tráfico de influencias, pues también es frecuente por lo oído personalmente en su día y leído en la noticia que ciertas “meigas generosas” actúen para almohadillar y finalmente descartar cualquier infracción. Casos de “urgencia sobrevenida”… vamos, para que nos entendamos.

¿Conducción de urgencia o conducción por negligencia de agendas y compromisos varios? ¡Vaya usted a saber!

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