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El siguiente artículo, tomado del testimonio de una persona sometida a mobbing es extrapolable a cualquier faceta del día a día y a cualquier víctima y grupo de acoso. En este caso se habla del silencio cómplice, que mudo por defecto (cuando no incluso potenciado por trepas sin escrúpulos) consiente, complace y da el visto bueno para que el acoso se consienta, por miedo, temor o interés,pero en cualquier caso cómplice y cobarde. Da igual que la situación se de en el entorno escolar, laboral, organizativo, asociativo institucional o no. El proceso siempre es el mismo y el conjunto de elementos, características y medios también. Sólo cambia el contexto.
Como decía el político y filósofo Zhou Enlai
“Incurrir en el pecado del silencio cuando se debiera protestar, hace cómplices y cobardes a los hombres”.
LOS TESTIGOS MUDOS:
En la historia del acoso moral en el trabajo los testigos mudos (los pilatos de cada historia de acoso y derribo contra el trabajador víctima del mobbing) no quieren saber nada del compañero acosado. Ellos van a lo suyo, a cobrar cada mes, y a pelotear al jefe o compañero acosador dándole ánimos como este: "vaya tela la que estará usted pasando con Paco Sado, éste o se carga a usted o se carga a la empresa, esto la verdad es que no puede seguir así".
Los testigos mudos no hacen nada por Paco Sado, ni le defienden ni le hablan. Eso sí hacen de palmeros del jefe-compañero acosador. Se ponen desde el primer momento del lado del acosador, que es el que le paga a final de mes, y ya sabemos todos que todavía no se ha inventado nada que nos quite todos los días el ansia de comer y los Bancos hoy por hoy si no pagas la hipoteca te ponen de homeless (patitas en la calle, en español) cuando no abonas 2 mensualidades del credito. Como iba diciendo, los muditos hablan para decirle al acosador lo bueno y listo que es, y le dan a entender a éste, desde el primer minuto del "conflicto" creado y alimentado por el acosador que todos los trabajadores (excepto el acosado que no sufra del síndrome de Estocolmo, que los hay) están con el ACOSADOR, que es el que paga las nóminas, y ya lo he dicho anteriormente, con el cobro de la nómina comienza esa espiral de comer todos los días, tener contento al Banco con los recibos de la hipoteca, pagar la letra del coche y los domingos ir todos a darse un homenaje menú del día en la venta de la carretera. ¿Y qué ofrece Paco Sado o cualquier acosado a sus "compañeros"? Nada de nada.
A los muditos su conciencia, eso que la Naturaleza nos ha puesto dentro del corazón a modo de juez Garzón (que lo mismo mete en chirona a uno de ETA que a un General de la Guardia Civil) viven en constante desazon. Su conciencia, que no pueden controlar, les dice que están haciendo algo muy pero que muy malo, y su estómago y el director de su Banco les dice que ni dudarlo, que siempre al lado del Jefe. Entre poder acabar en la p. calle con la conciencia muy tranquila y seguir trabajando con mala conciencia pero con el sueldo íntegro a final de mes los muditos compañeros de Paco Sado no lo dudan: con el Jefe acosador. Bueno el acosador ya sabemos por los manuales de intrucciones del Mobbing puede ser el jefe o un compañero. Pero si es un compañero no será un compañero cualquiera, suele ser un compañero que manda más que el jefe. O también que es el jefe el que acosa a través del compañero y el acosado no se da cuenta (demasiado el pobre con tenerse de pie...) que quien de verdad le acosa no es el compañero cabeza visible del acoso sino el cobarde del Jefe, doblemente cobarde, por acosar a un subordinado y por utilizar a otro por no atreverse a dar la cara en el acoso.
Bueno, sigo con los muditos, esos entrañables personajes que existen en toda historia de mobbing. En algunas empresas que acosan algunos compañeros de Paco Sado con un sentimiento de justicia profunda dan un paso adelante y salen en defensa del acosado. Esta especie de compañero solidario con el acosado debería el gobierno protegerla de igual manera que hace con el lince ibérico. Iñaki Piñuel en su Estudio Cisneros o barómetro, podía haber dedicado unas páginas a estos compañeros del acosado que no se muerden la lengua y ante la canallada que le están haciendo a Paco Sado SALTAN EN SU DEFENSA.
Que haya solo un compañero que apoye a Paco Sado es de transcendental importancia. No sólo por el efecto psicológico que tiene sobre la víctima, de que alguien le tienda la mano, es porque los casos de Mobbing difícilmente se pueden plantear ante los Tribunales de Justicia porque ya se sabe que NINGUN ACOSADOR ACOSA EN UN PLATÓ DE TELEVISIÓN y la prueba invisible (la que no se puede ver, como las manchas que quita Ariel superautomáticas) es un elemento consustancial al Acoso. Si un compañero te echa una mano y va y le dice al Juez, que efectivamente que el acosador va a por Paco Sado, que le están martirizando, que se lo están cargando para que abandone la empresa, entonces queridos amigos de mobbing.nu la historia de Acoso sobre Paco Sado tiene los días contados.
Pero el compañero "no" mudito por desgracia es una rarísima especie. Y en cierta medida hay que comprender a los muditos. Si dan el paso adelante ¿quién les llena los carritos del Carrefour y la reiterada hipoteca?
Pero lo verdaderamente LAMENTABLE de estos muditos se presenta el día en que se plantea judicialmente el mobbing y entonces van TODOS LOS MUDITOS A DECLARAR A FAVOR DEL JEFE-COMPAÑERO ACOSADOR. Muditos para Paco Sado, pero cuando el Acosador les pide que vayan a juicio para apoyar al que hace posible el milagro que se produce cada primero de mes de llenar el carrito del carrefour y tener contento al director del Banco con la hipoteca entonces se produce ese otro MILAGRO que es que LOS MUDITOS HABLEN. Y ambos milagros (el del carrito y el de que los muditos hablen son por obra y gracia (cuánto se ríen los muditos con las gracias de los acosadores) del ACOSADOR.
Termino este monográfico dedicado a los MUDITOS solicitando a todos los estudiosos del Mobbing que no pìerdan de vista a estos seres en apariencia inofensivos, como que con ellos no va la cosa, pero que sin su COBARDE PARTICIPACIÓN esto del mobbing solo sería CIENCIA FICCION.
Las razones de las personas para ser Testigos Mudos:
*porque tienen miedo
* por una avidez insaciable de poder
* porque disfrutan del espectáculo
* por tener una fuerte relación de dependencia con el acosador
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2 comentarios:
Interesantísima entrada, como todas las que nos muestras Manuel. Quizás el problema de fondo y del que socialmente aun no somos del todo conscientes es que las bases y cimientos de nuestra sociedad, reposan sobre la capacidad de acoso de unos sobre otros. Vivimos en una sociedad de vencedores y vencidos, de acosadores y acosados, de burladores y de burlados y son o somos precisamente quienes somos conscientes de ello, tanto si hablamos como si guardamos silencio, quienes generalmente nos llevamos el peor de los tragos.
Bastaría con una sola palabra para dar con la solución: respeto. Pero es imposible que trasladen respeto hacia los demás, quienes ni siquiera por si mismos se saben respetados.
Cada vez que soy testigo de que a alguien acosan, me siento acosada muy directamente y nunca se si soy más efectiva en favor de esa víctima si cuando hablo o cuando me cayo, con lo que me acabo sintiendo víctima a la vez, con lo que entro en esa espiral de no saber si es bueno pedir ayuda o por el contrario evitarla porque en cierto modo me acabo sintiendo culpable o provocadora de sentirme acosada, con lo que me acabo replegando en mi soledad, procurando en todo momento alejarme y no acercarme más a quienes tan cruelmente dañan. Se trata de una situación que genera tanta impotencia que siempre juega en favor de los acosadores y te acaba minando en lo más profundo de tu personalidad, que posiblemente es lo que desde el principio el acosador pretende. O te somete o te transforma o te margina o te destruye, pero el muy h.p. siempre se sale con la suya.
Hacer el bien y que se sepa a la larga es imposible, porque partimos de la base de que somos imperfectos. Por el contrario, hacer el mal y sin que lo parezca es lo más sencillo del mundo, porque también partimos de la base de que intentamos evolucionar y mejorarnos.
Quizás tengo un día raro, el caso es que dar con ese punto de equilibrio, además de doloroso, siendo como debería ser fácil, es de lo más complicado.
Aunque sirva de bien poco. Aquí tienes mi mano.
Así es , María es complicado el equilibrio que conllevaría, el respeto, la empatía, la asertividad bien entendida, el apoyo, la ética, la inclusión efectiva, la igualdad dentro de las diferencias, la pluralidad de ideas y opiniones en un marco de cooperación y de participación y la educación de unos verdaderos valores humanos que creo cada vez están más perdidos, casi utópicos diría yo: Como expresaba en el artículo"fagocitosis institucional" es la sociedad fagocitadora y carnívora que nos han dado la que con sus miedos y temores responde agresivamente a esas supuestas amenazas; en definitiva no interesa que la gente sea autónoma y librepensadora: Una cosa es que nos lo hagan creer y otra myu distinta que se dé. Es lo que está sucediendo con las denominadas democracias occidentales, puro espejismo de abducidos ciudadanos pseudolibres.
Un abrazo, María. Como siempre, gracias por estar ahí o lo que es lo mismo muy cerquita de aquí.
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