Teddy un niño, siempre despeinado, uno de esos chicos del colegio de cara impasible, mirada inexpresiva, fría y distraída. Cuando la señorita Thompson le hablaba, Teddy siempre respondía con monosílabos. Poco atractivo, sin motivación, actitud distante, no resultaba fácil quererlo.
Aunque su maestra decía que quería a todos los de la clase por igual, en su interior no era totalmente sincera. Cada vez que corregía los trabajos de Teddy experimentaba cierto placer perverso poniendo una "x" al lado de las respuestas incorrectas. Debería haberlo pensado un poco más. Tenía el dossier de Teddy y sobre él sabía más de lo que quería admitir. En el dossier estaba escrito: 1* grado: "Teddy promete en su trabajo y su actitud, pero tiene una mala situación familiar"; 2º grado: "Teddy podría dar más. La madre está muy enferma. Recibe poca ayuda de su casa"; 3* grado: "Teddy es un buen chico pero demasiado serio. Aprende lentamente. Su madre murió el curso pasado"; 4º grado: "Teddy es muy lento, pero se porta bien. Su padre muestra poco interés por él".
Llegó Navidad, y los alumnos de la clase de la señorita Thompson trajeron los regalos correspondientes. Los apilaron sobre la mesa y se agolparon alrededor para ver cómo los abría. Entre los regalos estaba el de Teddy Stallard. Estaba envuelto en papel marrón y pegado con cinta adhesiva. Sobre el papel simplemente estas palabras: "Para la Srta. Thompson, de Teddy". Ella se sorprendió de que le hubiera llevado un regalo…
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