Dr. Joaquín Díaz Atienza
No me caracterizo por defender a ultranza la prescripción de psicofármacos en la edad infanto-juvenil. Yo diría que todo lo contrario. Sin embargo, hay situaciones graves en donde los niños se autolesionan o agreden a los demás comprometiendo seriamente su sociabilidad, adaptabilidad escolar y una mínima calidad de vida familiar.
De otra parte, la inmensa mayoría de los psicofármacos no tienen indicaciones expresas en la infancia como consecuencia de que no es un mercado atractivo para los laboratorios y, por tanto, no investigan en estas edades. Esta circunstancia nos obliga a los facultativos a que, en estos casos extremos, tengamos que realizar una prescripción compasiva con la que asumimos la responsabilidad de los secundarismos que puedan producir.
Me siento sumamente comprometido con la racionalización del gasto farmacéutico como se desprende de que me encuentre entre los dos primeros facultativos que más genéricos prescribe en mi Área de Salud Mental. Y, al mismo tiempo, intento prescribir el fármaco que mejor eficiencia posea. Es decir, el menor precio posible frente al mejor efecto terapéutico y menor número de efectos secundarios.
Durante los últimos años hemos ido abandonando los neurolépticos clásicos por los de nueva generación, o atípicos, debido a su mejor tolerabilidad y efecto terapéutico. Los más usados en pediatría son la risperidona y la olanzapina. Sin embargo, no están exentos de secundarismos importantes. Por ejemplo, el síndrome metabólico que suele presentarse con el aumento de peso y la consiguiente resistencia a la insulina. En este sentido, el de mayor riesgo es la olanzapina y, en segundo lugar, la risperidona. Esta última produce, igualmente, incrementos de prolactina con las consiguientes galactorreas.
Los neurolépticos atípicos necesitan de visado en Andalucía. El visado responde exclusivamente a la necesidad de controlar el gasto farmacéutico, aunque hasta ahora siempre se ha respetado la prescripción médica si se encuentra suficientemente justificada.
Últimamente, ante los secundarismos de los anteriores o, especialmente, en los casos en donde no presentan efecto terapéutico, se está prescribiendo como alterantiva el aripiprazol, dando buenos resultados en los casos de agresividad en los TGD y los trastornos de conducta. Igualmente, el incremento de peso y de la prolactina son significativamente menores que con la olanzapina y la risperidona. Si tenemos en cuenta que hablamos de tratamientos de larga duración, la PREVENCIÓN CONTRA LA OBESIDAD, EL SÍNDROME METABÓLICO Y LA DIABTES ES EVIDENTE.
Y ahora la NOTICIA: Determinadas áreas hospitalarias y distritos sanitarios en Almería está negándose a aceptar el visado. Les dicen a los padres que, puesto que no está experimentado en determinadas edades, será una Comisión en Sevilla quién decida. Sin embargo, esto es incompresible e incierto, ya que prácticamente la totalidad de los neurolépticos atípicos no tiene esa indicación. AQUÍ LO QUE SUCEDE ES QUE NO HAY DINEROS EN ANDALUCÍA PARA FÁRMACOS Y ASÍ SE LO DEBERÍAN DECIR A LOS PADRES: LA MENTIRA TIENE LAS PATAS MUY CORTAS.
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