Manuel Rodríguez G.
Lejos de aquellos “baches temporales” que algunas sandeces reflexiones proclamaban, no queriendo observar lo que se nos venía encima, nos encontramos en el centro de ese remolino violento y caótico de crisis y pérdida de estabilidad alguna.
En estos tiempos que corren, no es ni siquiera la económica la peor sensación en ese amargo sinsabor que nos queda; tampoco la laboral que va pareja a la primera. La peor crisis sin duda alguna es la social y de pérdida de valores, en el fondo la democrática, la que, en teoría debería proteger nuestras libertades y también nuestros deberes y derechos; esos que tan fácilmente se conculcan a base de modificaciones arquitectónicas legales, que no justas, a través de una mayoría cuántica desidiosa, engañada y alineada, pero no democrática, pues no es ese el mecanismo fundamental de la democracia, ya que falta la calidad intrínseca, esa que la hacía, probablemente en otros tiempos, la mejor opción o menos mala de convivencia, igualdad y pluralismo.
Hemos caído en el abismo de la mayor de las insensateces al habernos dejado “docilizar” y creer que con ello participamos en un juego de igualdad y coherencia, visitando a unas harpías urnas cada cuatro años, pero permitiendo que caprichosos puzzles mercantilistas y títeres movidos con los hilos que unos todopoderosos y vergonzosos especuladores mueven y nos lleven a la ya desilusionante tarea de votar, que no de ejercer nuestro derecho de confíar y creer en el futuro próximo; ese que violaron, ese que exiliaron al mayor destierro que puede existir: la desilusión y desidia por saber que “todo el pescado está vendido” y que sólo dos mayoristas implicados se llevarán esa mercancía, ya maloliente y poco nutritiva: PP y PSOE. PSOE Y PP…
No es justo ni consecuente modificar a golpe de caprichosos intereses las reglas de un respetado juego en origen denominado DEMOCRACIA; democracia hoy día ya sin mayúsculas, sin credibilidad, sin garantes ni protectora de nuestras más sagradas y fundamentales reglas de convivencia y espíritu. Y es que esa democracia vana se está quedando sin creyentes. Nada que ver con la que nos inculcaron quienes la aprobaron.
El próximo domingo, 20N, me asomaré a esas urnas; cubiletes de unos dados apañados, no por la contabilización cuántica, sino por el pestilente espíritu que a día de hoy representa ese triángulo que forman los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Hay muchas opciones, dicen, pero todos sabemos desde hace demasiado tiempo quienes seguirán manejando a su interesado antojo las reglas de este ya desvirtuado juego.
Con el pauperrimo derecho a opinar y a dar a conocer mi postura, muestro aquí “mi tirada”, pues esa triada antes referenciada, me hizo ser desde hace demasiado tiempo ya, agnóstico institucional total … como a tantos españolitos de a pie me temo.
¡El 20 N toca jugar!
Fuente viñeta:
http://ilovewcspanish.blogspot.com/
Artículo relacionado http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2010/06/espejismo-e-involucion.html
Publicado también, entre otros, en:
http://www.bottup.com/201111197928/Nodo-libre/iel-20-n-toca-jugar.html
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