Javier Martín-Peña / Álvaro Rodríguez-Carballeira psicólogos sociales
E l reconocimiento del daño y el sufrimiento producidos pasa en primer lugar por la ausencia definitiva y duradera de toda forma de violencia de ETA, incluyendo coacciones y amenazas», afirman los profesores de Psicología Social de la Universidad de Barcelona Javier Martín y el gallego Álvaro Rodríguez-Carballeira, que han ofrecido una respuesta conjunta a las preguntas de La Voz.
-¿Qué secuelas deja sentirse acosado durante tanto tiempo?
-Las medidas de autoprotección e incluso de escolta que han sido necesarias afectan fuertemente a la vida cotidiana, imponiendo un estrés crónico sobre las personas que sufren esa violencia y su entorno cercano. La fase inicial de utilización de escolta puede ser percibida como un estresor agudo. El miedo a sufrir un atentado, a ser señalado socialmente o a lo que pueda sucederles a los familiares puede conformar una sintomatología ansiosa, que algunas investigaciones señalan como eje central ante las amenazas reiteradas. La progresiva influencia de toda esta situación puede a su vez influir en los procesos cognitivos de la persona, cambiando su percepción de la vida, en el sentido de adquirir una alta vulnerabilidad. La percepción de rechazo, estigma o aislamiento son también consecuencias psicosociales que vienen derivadas de un acoso prolongado.
-¿Qué es la teoría psicosocial de la exclusión moral que utilizan en su análisis?
-El término moral es considerado como las normas, derechos, obligaciones y responsabilidades que determinan nuestro «ámbito de justicia» y guían la conducta con otros individuos. Así pues, las víctimas de ETA en Euskadi pueden ser percibidas y situadas por los acosadores fuera de los límites en los que ellos aplican sus valores morales, reglas y consideraciones de justicia. Los resultados del análisis describen en primer lugar cómo los afectados componen sectores específicos de la sociedad. Muchos participantes en el estudio refieren cómo fueron amenazados por el desempeño de su actividad política y también por críticas abiertas a ETA. En segundo lugar, describen unas conductas de violencia de tipo más psicológico que físico, como amenazas o intimidaciones, entre otras. En tercer lugar, describen un desinterés, apatía y falta de apoyo social e institucional con relación a la situación de violencia y a las consecuencias vividas. Así, algunos testimonios señalan la invisibilidad general ante la situación que viven.
-¿Cómo reaccionarán tras el anuncio del cese de la violencia?
-Es muy probable que prevalezcan las reacciones y actitudes de desconfianza e incredulidad. Hay que tener en cuenta que durante muchos años han estado sometidos a una situación de acoso sostenido y han visto cómo después de varias treguas y ceses de violencia de ETA, esta se reanudaba. Ante una ausencia de toda forma de violencia y al reducirse los servicios de escolta se irá facilitando la normalización de la vida de quienes llevan años en una situación de amenaza. La retirada de esa protección puede requerir de un período de adaptación.
Fuente:
http://www.lavozdegalicia.es/espana/2011/10/30/0003_201110G30P22993.htm?mid=51
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