Manuel Rodríguez G.
Leo hoy una noticia aparecida en algún diario digital, donde César Soutullo, psiquiatra, afirma que “con una detección precoz y un tratamiento adecuado", remacha el especialista, un menor con TDAH "puede llevar una vida normalizada y alcanzar su potencial". Pero si no se dan esas condiciones, los habituales problemas académicos y de aprendizaje, de comportamiento y de interacción con otros niños se acentuarán y podrán desembocar en otros más serios de baja autoestima, depresión y ansiedad.”
Lamentablemente, por mi experiencia propia y de no pocas familias que he ido conociendo en este dilatado deambular, tras más de seis años de lucha y obstáculos institucionales, no suelen darse esas condiciones que el especialista médico muestra. Tampoco es habitual que los especialistas que se encargan del seguimiento y estudio del paciente en cuestión, pongan todas sus herramientas para cumplir con el código deontológico al que se deben. En cambio suelen frenarse ante impedimentos de superiores y otras instancias político-administrativas, cuando la familia muy habitualmente requiere el apoyo y colaboración para que se verifique el famoso y apenas existente apoyo multimodal, sobre todo el dudoso apoyo escolar.
En mi caso es vergonzoso cómo, tras detectar por mi parte los problemas ligados al déficit atencional de mi hija, hace ahora algo más de 6 años, el negligente sistema educativo negara esa patología a través de ignorantes e ineptos EOEP´s, a pesar de estar doblemente diagnosticada, para luego, con falsos informes intentar reflejar que fueron ellos los que detectaron cierta problemática, aunque “ligera”, para luego, con argucias goebbelianas y en complicidad con los colegios, no ayudar en modo alguno a mi hija y si esconder sus miserias a costa de hundir a la familia.
Como dice el experto antes mencionado, han venido posteriormente problemas de baja autoestima, depresión y ansiedad, pero en contra de la TEÓRICA interpretación de especialistas estas “comorbilidades”, no son tales, sino debidas al ninguneo y falta total de medidas y apoyos hacia la niña, que han dado lugar a una exclusión, marginación y acoso de buena parte de sus años de escolarización, por no prestar esos apoyos que a diestro y siniestro publicita la famosa LOE, entre otras Normas de obligado cumplimiento (teórico).
Se comenta en la noticia el escaso conocimiento de esta patología, a nivel social, lo cual también es una realidad incuestionable. A mi me produce más vergüenza ajena que aquellos que a menudo asisten a congresos, simposiums y no pocas colaboraciones interesadas con afamadas multinacionales farmaceuticas, sí conozcan esta cancerígena realidad y sigan de brazos cruzados, cuando a menudo, insisto, pides auxilio.
También se expresa en la noticia “Así lo pone de manifiesto un estudio sobre el tema que sirve de arranque al primer Plan de Acción en TDAH (Pandah), una iniciativa multidisciplinar que implicará durante tres años a psiquiatras, psicólogos, neurólogos, pediatras, médicos de familia, asociaciones de padres y educadores con el objetivo de "identificar áreas de mejora" en el aún deficiente abordaje de ese problema”.
Eso, Señores especialistas si es triste, lamentable y vergonzoso: conocer la problemática y no auxiliar en ese sentido al paciente, aún incluso cuando haya presiones de superiores jerárquicos, como es mi caso. La implicación en no pocos casos, como indico no se produce, teniendo en mi caso incluso serios problemas para que atendiesen a una niña con un muy notable cuadro de ansiedad por el maltrato escolar y no siendo ni siquiera escuchada en alguna ocasión por determinado personal del entramado sanitario; mientras que otras veces sencillamente se escaqueaban con la banalización de las manifestaciones de la niña y su total descrédito.
De los supuestos educadores, en mi caso, sólo decir que gracias a ellos y a grupúsculos relacionados, mi hija debe ser una paranoide, al igual que el padre, al que se ha denunciado falsamente y desacreditado en multitud de ocasiones.
(Repásense
http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2011/06/cita-ciegas-con-torquemadas.html
http://vagabundotraslalibertad.blogspot.com/2011_06_01_archive.html )
En definitiva, El diagnóstico tardío agrava los efectos del trastorno, muy habitual, a costa no pocas veces de la complacencia e incluso complicidad de quien deontológicamente debiera darse a sus pacientes/alumnos y/o administrados. '¡ASÍ NOS VA!
La noticia referenciada dice así:
El diagnóstico tardío agrava los efectos de la hiperactividad
El trastorno afecta a 300.000 niños, pero los diagnosticados no llegan al 20%, lo que favorece su continuidad en la edad adulta, cuando provoca inestabilidad laboral, familiar y más enfermedades.
Manu Mediavilla / MAdrid
El apoyo escolar en el colegio es una herramienta esencial para hacer frente al problema.
Aunque el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es "ahora el trastorno de moda", continúa siendo "el gran desconocido de los conocidos". Esta reflexión de la experta Isabel Orjales, profesora de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), se apoya en un par de datos paradójicos: el diagnóstico se sabe desde 1901, pero apenas un 4% de españoles es capaz de responder de forma espontánea qué es. Así lo pone de manifiesto un estudio sobre el tema que sirve de arranque al primer Plan de Acción en TDAH (Pandah), una iniciativa multidisciplinar que implicará durante tres años a psiquiatras, psicólogos, neurólogos, pediatras, médicos de familia, asociaciones de padres y educadores con el objetivo de "identificar áreas de mejora" en el aún deficiente abordaje de ese problema.
Para empezar, como apunta César Soutullo, coordinador del 'Pandah' y director de la Unidad de Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Universidad de Navarra, la prevalencia ronda el 5%-7% de la población escolar (300.000 chavales), pero "menos del 20% están diagnosticados". Por otras parte, hay un retraso diagnóstico medio de 6 años (superior a los escasos cuatro años de los países europeos más desarrollados), lo que impide dar una respuesta sociosanitaria idónea. "Con una detección precoz y un tratamiento adecuado", remacha el especialista, un menor con TDAH "puede llevar una vida normalizada y alcanzar su potencial". Pero si no se dan esas condiciones, los habituales problemas académicos y de aprendizaje, de comportamiento y de interacción con otros niños se acentuarán y podrán desembocar en otros más serios de baja autoestima, depresión y ansiedad.
Además, esos problemas se prolongarán en el tiempo y tendrán su 'versión adulta' en forma de inestabilidad laboral y familiar, accidentes de tráfico y comorbilidades, incluida una mayor propensión a trastornos adictivos. Así lo señala Maite Artés, directora general de Adelphi y coordinadora del estudio sobre Conocimiento de la población general sobre el TDAH, que pone de manifiesto varias percepciones desenfocadas. Por ejemplo, la amplia creencia (70%) de que es un trastorno que afecta solo a los niños, y la idea de un significativo 25% de que es un problema relativamente leve que desaparece con la edad, cuando la realidad es que hasta un "70% de casos perdura en la población adulta" (la prevalencia por encima de los 18 años ronda el 2%-4%, unos 1,4 millones de españoles) y, como añade Soutullo, un "30% al 50% van a seguir teniendo síntomas significativos" que exigirán "no necesariamente medicación, pero sí ajustes alrededor".
Mientras el 60% de personas encuestadas sabe que hay intervenciones psicopedagógicas, el tema farmacológico es poco conocido. Soutullo aclara que los tratamientos actuales se apoyan en tres claves. Una, psicoeducativa y de manejo conductual. Otra, de apoyo escolar en el colegio y en casa con profesores particulares; el experto considera mejor que "lo haga otra persona, no el padre o la madre", y que estos se centren en su tarea progenitora. Y la tercera, las "medicaciones seguras y eficaces para el manejo del TDAH".
En esta Semana Europea de Sensibilización sobre TDAH (2 al 9 de octubre), el presidente de la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención, Fulgencio Madrid, reclama "protocolos que coordinen la acción de los profesionales" sociosanitarios, apoyo educativo como alumnado con necesidades específicas -"si no, más del 50% de escolares están abocados al fracaso"- y que se reconozcan como "fármacos de aportación reducida" los que tratan ese trastorno crónico.
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