Dr. Joaquín Díaz Atienza
Ayer, 10 de octubre, fue el Día Mundial de la Salud Mental. Un día promovido por la Organización Mundial de la Salud con la finalidad de sensibilizar a la población sobre algo que nos afecta o nos puede afectar a todos y a todas. El lema de este año ha sido ”Invirtamos en Salud Mental” y su mensaje iba destinado, especialmente a los países del Tercer Mundo.
Sin embargo, tan importante es invertir donde no hay recursos como mantener, al menos, los que tenemos. Justamente, porque no es así es por lo escribo este post.. En cualquier país civilizado se tiende a que los servicios en Salud Mental Infanto-Juvenil tiendan cada vez más a una mayor diferenciación y especialización con respecto a la Salud Mental del Adulto. ¿Es realmente así?
- No es así en la medida que se retiran recursos profesionales de las Unidades de Salud Mental Infantil dando prioridad a la asistencia en salud mental del adulto y en detrimento de la infancia y adolescencia.
- No es así, en cuanto se producen cambios negativos en las condiciones arqitectónicas y de toma en cargo asistencial de la hospitalización, ámbito que atiende a la patología inafnto-juvenil más grave; aunque más grave es que ni siquiera existan estos espacios de forma funcionalmente nítida y específica.
- No es así en la medida que las sesiones de psicoterapia se distancia durante meses, así como los seguimientos farmacológicos, en contra de las recomendaciones de los estándares que indican los protocolos y las guías clínicas..
- No es así cuando el peso de la asistencia en Salud Mental Infantil recae en los Equipos de Salud Mental de adultos, habiéndose transformado en los receptores naturales de los problemas de salud mental de la infancia y adolescencia.
- No es así cuando lo anterior viene acompañado de la eliminación de los límites funcionales entre ambos dispositivos lo que lugar a que el acceso a la unidad de salud mental infantil se transforme en un reto insuperable para las familias.
Por todo ello, y otras cosas , para mí esta celebración no ha sido más que la puesta en escenario de unas grandezas que no existen, del marketing bien planteado sobre un sueño que quieren presentar a la opinión pública como si ya existiera.
Lo peor es que se lo creen.
Fuente:
1 comentario:
Que buena entrada Manuel!Y así es realmente, tristremente real y preocupante. Cada vez tenemos menos motivos para celebrar en cuanto a inversiones de salud y educación se trata.Saludos
Publicar un comentario