POLÍTICOS "PINOCHO" (IV): Y a eso...comenzaron las hostias

Por teléfono una vez más se me prometió que se tomaría nota y que se pondrían en marcha de modo inmediato esas ayudas y los recursos necesarios para que fuesen eficaces. Fue la última vez que pude hablar con este alto cargo. Varias llamadas después no han sido respondidas. La única respuesta recibida es la que un mes después recibí de la antigua Consejería de Bienestar Social (a la que en su día solicité ayuda y denuncié hechos); más concretamente de Infancia y Familia, donde se pone en duda la idoneidad de que mis hijos estén conmigo, dado que entienden que están en situación de desprotección, abriéndoseme expediente.

LAS HOSTIAS SIGUEN CAYENDO SOBRE QUIEN HABLA DE MÁS.

Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba

se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,

y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,

PERO TIENE QUE LLOVER ... AÚN SIGUE SUCIA LA PLAZA.


Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,

que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,

sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:


LAS HOSTIAS SIGUEN CAYENDO SOBRE QUIEN HABLA DE MÁS...
(Del tema : Papá cuéntame otra vez, de Ismael Serrano)



Algunos lectores que hayan seguido este serial vergonzoso sobre lo que comencé denominando ACOSO INSTITUCIONAL, sabrán que el pasado 24 de mayo de 2007 mostré mi malestar con las nulas ayudas a mi hija e incluso exclusión y aislamiento voluntario por parte de ciertos personajes de Educación. En esa reunión conseguida, tras el comienzo de una huelga de hambre, levantando acta notarial de mi peso, se me prometió que las ayudas serían inmediatas y reales.
El 4 de junio siguiente, en una reunión con inspección se me vino a decir que prácticamente el trastorno por déficit atencional, subtipo inatento del que está doblemente diagnosticada mi hija por especialistas, era muy leve y que prácticamente no existía; y que los problemas e inhabilidades de mi hija seguramente eran producto del ambiente familiar tan nefasto en el que vivía. Incluso se me dijo que "seguramente con el tiempo" me daría cuenta del daño que le iba a hacer mi hija; y es que según la opinión de algún inspector, en realidad yo, como padre, quería ser el centro de atención, tenía afán de protagonismo.
El 7 de junio me puse en contacto telefónico con el Director General de Política Educativa de la Consejería de Educación para dar las quejas por la contestación recibida, vía Director General de Coordinación e Inspección, donde se falsean reiteradamente datos y narraciones de hechos de la escolarización de mi hija.
A este personaje, que “curiosamente” me recuerda en exceso a algún personaje canino de la obra de George Orwell, "Rebelión en la granja", apoyando a una pseudoprincesita perdida y desubicada, le daba además las quejas por el acentuado y sistemático acoso e increpaciones hacia mi hija. Por teléfono una vez más se me prometió que se tomaría nota y que se pondrían en marcha de modo inmediato esas ayudas y los recursos necesarios para que fuesen eficaces. Fue la última vez que pude hablar con este alto cargo. Varias llamadas después no han sido respondidas. La única respuesta recibida es la que un mes después recibí de la antigua Consejería de Bienestar Social (a la que en su día solicité ayuda y denuncié hechos); más concretamente de Infancia y Familia, donde se pone en duda la idoneidad de que mis hijos estén conmigo, dado que entienden que están en situación de desprotección, abriéndoseme expediente.
Comenzaban las hostias institucionales …

Posdata:
Pérez-Reverte, haciendo un retrato magnífico de la educación en las tres últimos décadas en este "primermundista y desarrollado país", decía entre otras obviedades: “Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado." (Del artículo “Patente de corso”).

Fuente: http://www.xlsemanal.com/web/firma.php?id_firma=5150&id_edicion=2687


Yo añadiría, cuando se fusiona la imbecilidad con la maldad el resultado es demoledor.