Huelga de hambre fantasma. Capítulo 3: Carta al Presdente Autonómico extremeño
Han pasado casi dos semanas desde la reunión con la Consejera de Educación de la Junta de Extremadura, obtenida gracias a una pancarta incómoda, que anunciaba el inicio de una huelga de hambre y veo que las cosas no han cambiado. La desidia, la falta de concreción, ayudas y exclusión siguen presentes, a pesar de que una de mis reivindicaciones era que se actuase de modo inmediato en pos de unos refuerzos y apoyos concretos y reales hacia mi hija, aunque en ese colegio actual, Santa Mª de la Coronada los días que le resten a la niña son contados, dado el EXILIO obligado. Por tanto, visto que lo que parecía preocupante no era la ayuda eficaz, seria y comprometida hacia una niña con unos handicaps importantes, sino la incomodidad de un sujeto aferrado a un principio de lucha en pos de unas mejoras necesarias para su hija, y con un mensaje muy concreto reflejados en una pancarta, y a la vista de los viandantes que paseaban por los alrededores de la Consejería de Educación en Mérida, como avisé empiezo a publicar mis escritos, comenzando por la última tentativa de diálogo, enviada y registrada tanto al Presidente Autonómico, sr. Rodríguez Ibarra como a su Consejera de Educación, sra./srta. Pérez, con fecha 21 de mayo de 2007, pocos días atrás de mi decisión de tomar una postura obligada y radical y que, veo sólo sirvió para que algunos aludidos ganasen tiempo y posiciones más cómodas.Sin duda alguna, si decido repetir esta nueva negación de alimentarme, prometo planificar y sobre todo, atar las conclusiones a que se pudiesen llegar en un documento oficial firmado y sellado.El escrito enviado a estos dos altos cargos de la Comunidad extremeña decía así:
AL PRESIDENTE AUTONÓMICO DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA(En los mismos términos,por separado también enviado a la Consejera de Educación)Excmo. Sr. Rodríguez Ibarra: Con fecha 21 de marzo de 2007, le envié (y registré) a usted, al Consejero de Sanidad, sr. Fernández Vara; a la Consejera de Bienestar Social, sra. Flores Rabazo, a la Consejera de Educación, sra Pérez y a otras figuras representativas, aunque no ejecutivas, un escrito de 17 páginas, con un CD (de unas 300 páginas escaneadas o más) en el que se incluyen todos y cada uno de los escritos, documentación y anexos con las distintas anomalías y las quejas que, entiendo, se han venido y continúan produciéndose contra el derecho de igualdad, oportunidad y atención a la diversidad en el marco del entorno escolar de mi hija, diagnosticada como niña con TDAH, subtipo inatento (las últimas quejas han sido posteriores a esa fecha por lo que no estaban incluidas en ese CD, pero dado que nadie de la pirámide autonómica se ha dignado a contestarme, las he tenido que trasladar a instancias nacionales).Como reflejé en ese último escrito, finalmente, y como preveía, me tengo que EXILIAR del Colegio actual, ya que la niña comienza a presentar un cuadro ansioso-depresivo parece ser, independientemente de que ya ha faltado varias veces a clase por decir que se encontraba mal y acudir al médico por ciertos dolores y malestares que luego no existían o desaparecían. En realidad sus dolencias eran psicológicas, dado el caldo de cultivo que se está dando en cierto sector del colegio y que evidentemente han dado lugar a que la niña se vaya a otra institución, y por ende el padre. A pesar de mis muchos escritos, aún sigo esperando respuestas serias de toda la pirámide de su Consejería, incluso ya desde otros sectores autonómicos. Desconozco si ello se debe a alguna orientación generalizada, usos o costumbres sobre el estilo de la Administración Autonómica Extremeña con el administrado; en este caso con el padre y representante de una menor con muy serios problemas de diversa índole. El documento único que me llegó desde la Consejería de Educación, y prácticamente desde toda la Administración Autonómica, una vez que empecé a dirigir mis quejas fuera del colegio, obra del Jefe de la Unidad de Programas Educativos, el sr. Núñez de Lemus, no se extiende a más de unas escasas líneas y prescinde, tanto de información como de motivos, como así debería contemplarse, al menos es lo que ustedes publican en cartas de servicio al ciudadano, trípticos y demás folletos informativos. Fue tras más de cuatro meses a una supuesta contestación a los escritos enviados por mi parte y que sobrepasaban ya, hace ahora un año, las 100 páginas; tras ver que nadie contestaba a mis demandas y ponerme varias veces en contacto telefónico con la Coordinadora de la U.P.E. Mª Paz Castro Robles; y luego presencialmente con su compañera, Mª Victoria Franco; ambas con, al menos, buena disposición para ayudar a mi hija, pero que parece ser que chocaron con las directrices marcadas posteriormente por su jefe inmediato. Ni mi testimonio, ni mi versión, que, como le digo, sobrepasan las 300 páginas, han merecido una sola contestación o petición de aclaración; tampoco el elemental principio de contraste o cotejo de la información. Al más puro estilo de prepotencia injusta, la ADMINISTRACIÓN AUTÓNOMA unilateralmente, parece haber golpeado con su martillo de juez y parte. Si ese golpe de martillo aún no se hubiese dado sobre la mesa de la justicia, les recuerdo una vez más que la celeridad de ayudar a niños como mi hija no pueden nunca ir en consonancia con la lentitud de ejecutar esas necesarias ayudas a estos niños, porque es vital la atención temprana cohesionada y es, no ya sólo imprudente y desacertado el no hacer prácticamente nada, sino el hecho de tomar medidas de tinte, como poco, de exclusión en el marco escolar por ciertos responsables de su educación directa, tras mis escritos iniciados hace ya más de un año.Una vez más, le ruego que me traslade los motivos de tanto silencio, NUEVAMENTE POR ESCRITO Y PRESENCIALMENTE Y DE MODO MUY URGENTE (recordarle que ya se lo solicité en el escrito de marzo pasado). Desde la Administración y la responsabilidad de los intereses públicos, creo que tengo ese derecho, y los usuarios en general también. De mi hija ni qué decir: les recuerdo que es una menor y que, desgraciadamente desde hace dos años, les incomode o no, se conocen los pasos a dar para su normalización, integración y apoyos necesarios para ello.Desde su responsabilidad en el cargo que ocupa actualmente como Consejera le vuelvo a recordar que tiene la obligación ética y social, como poco, para ayudar a la niña. Ayuda que desgraciadamente no sólo no se verifica, sino que incluso se está “contrarrestando”, excluyendo y aislando a la menor por parte de algún que otro “docente”, lo que convierte esta supuesta ayuda en una paradoja muy curiosa, sobre todo desde que comienzo a dar mis quejas por escrito. Por su parte, la dirección del Centro, el tutor actual de mi hija e incluso algún pretendiente al cargo de nuevo director deben de tener otras razones, y yo, la necesidad de conocerlas. Tengo problemas incluso para tener citas personales con algún que otro profesor, parece ser por indicaciones del propio inspector de zona (al cual no conozco ni he hablado nunca con él, aún a pesar de mi escrito a la Dirección Provincial de Inspección, registrado el 26 de mayo del año pasado) y del mismo E.O.E.P. según me informó el propio tutor de la niña, cuando se me intentó obligar a tener esa reunión urgente y solicitada por mí casi dos meses antes, en presencia obligada del tutor. En definitiva, al final obviamente no ha habido reunión alguna, dadas las tiránicas condiciones impuestas; condiciones que otros años no se me habían obligado a aceptar y que muestran la discriminación hacia mi persona en el entorno escolar.Recordarles que ya, a principios de curso no pude reunirme con una profesora de inglés que sustituía a la profesora actual, que estaba de baja, porque entre otras cosas se me dijo que para hablar con cualquier profesor tenía que hacerlo previamente con el tutor, según órdenes e indicaciones del inspector de zona (afirmaciones del propio profesor de Educación Física tras dársele órdenes por parte de la dirección del centro según me dijo en su momento). La sustituta finalmente acabó su contrato y no pude siquiera reunirme y hablar con ella, a pesar de haberlo solicitado con mucha antelación.Cada día que pase sin que me den explicaciones y se tomen las medidas correctoras y necesarias en todos los órdenes para ayudar a mi hija eficazmente en este lamentable suceso, mayor será el grado de arbitrariedad de esta decisión de una Administración Pública que cada día parece menos transparente por desidias como las que estoy denunciando desde hace ya más de un año, sin que se haya paliado en modo alguno estas graves irregularidades que se vienen produciendo sistemáticamente en este curso y que, finalmente, tengo que asumir (que ni mucho menos aplaudir) que ciertos grupos lograron su propósito; es decir irme de este Colegio, EXILIAR a mis hijos y buscar refugio en una dirección y en un tutor más comprometidos y menos atados a un absurdo y lamentable corporativismo radical, con lo que debe ser el principio educativo y, por ende, la nobleza de una verdadera educación personal y social comprometida con el futuro próximo de estos niños, más aún cuando algunos presentan ciertas inhabilidades, muy dañinas para su desarrollo armónico, emocional, social, educativo y personal. Finalmente, transmitir al Colegio Santa Mª de la Coronada que los problemas derivados de la escolarización de mi hija en él, no son motivados por la institución o centro en sí; muy al contrario ahí encontré refugio en mis años de estudiante, al menos en algunos muy buenos docentes. Ahí también los encontró mi hija: Hablo de Luís Ma (anterior profesor de Educación Física el año pasado; de Virtudes, profesora de Inglés en su día; de María, maestra actual de música, y hoy por hoy la mejor candidata para ser elegida por mi hija y por mí como la docente más íntegra y que más ha tenido en cuenta a la niña y sus peculiaridades (Una vez más, María, y no es la primera vez ni mucho menos, agradecerte tu labor hacia mi hija). Hablo incluso de Alicia y alguna persona más, pero que por imperativos jerárquicos o bulos generalizados, hoy día ni me saludan con la sinceridad que hasta hace poco lo hacían. (En mis muchos escritos hago referencia, en más de una ocasión, y doy las gracias a estos profesores y a otros, no ya sólo relacionados con el colegio sino pertenecientes al E.O.E.P. e incluso a personas relacionadas con la Unidad de Programas Educativos. Es la “decencia de firmar y registrar los muchos escritos” que como comento, sobrepasan las 300 páginas … por el momento y que, en cualquier caso, pueden ser publicados para que se conozca la verdad de todo este lamentable suceso). En definitiva, mis quejas nunca han ido ni irán contra los colegios o instituciones sino contra ciertos conductores y unos pocos, muy mal denominados, maestros o educadores que devalúan el esfuerzo y dedicación de los verdaderos docentes, que saben moldearse a las circunstancias de cada caso en una convergencia de una adecuada, plural y eficaz respuesta educativa al principio de atención a la diversidad y de igualdad de oportunidades.Obviamente el oscurantismo para evitar aclarar y cotejar es fundamental para que se produzcan bulos y se nos etiquete y estigmatice de por vida, a padres de niños que tenemos la “arrogancia” de pedir ciertos derechos contemplados en nuestra Carta Magna. Dado que mi hija está cada vez más minada psicológicamente decirle que la agenda (la de la niña y la mía) no pueden esperar demasiado. (Llevo denunciando por escrito esta situación hace más de un año. Por otro lado han pasado dos meses desde la primera solicitud para reunirme con usted y con los otros altos cargos ejecutivos a los que también envié ese escrito) ya que al día de hoy aún no sé a qué centro acudirá y como bien sabe el plazo para la escolarización finaliza el próximo día 24 de este mes (ella y mi hijo pequeño, que el próximo curso comienza su escolarización). Por tanto, como le indicaba anteriormente, le solicito ENTREVISTA PERSONAL Y MUY URGENTE (una vez más solicitada telefónicamente esta misma mañana, día 21 de mayo, a usted y también a la Consejera de Educación. La primera condición que se me impuso por teléfono, es decir hacerlo por escrito la realicé; la segunda dar tiempo para planificar la agenda también, ya que esa petición la efectué hace ahora dos meses).Si existe una verdadera voluntad para estudiar, subsanar y solucionar los problemas relacionados con la escolarización de mi hija y sus apoyos concretos y reales, para el próximo curso escolar, como dije a las personas que me atendieron por teléfono dispongo hasta el miércoles, ya que aún no sé a qué centro acudirán, ¿o hay que plantearse finalmente que quizás sea mejor no escolarizarla ya que parece ser que no se saben dar y plantear las respuestas acordes con sus peculiaridades?, ustedes deciden.En todo caso , dado que se acaban los plazos, yo, como padre de la niña, entiendo que debo buscar una solución acorde y efectiva para su plena normalización e integración y como les planteé esta mañana, 21 de mayo, me pongo en contacto para poner en conocimiento de los medios de comunicación todo este desafortunado y lamentable suceso, incluso sopesando la idea, como ya planteé al Defensor del Pueblo de iniciar una huelga de hambre (recuérdenlo: por las necesidades específicas de una niña, no por cuestiones harto conocidas por todos) si no se actúa y encauza esta absurda y enquistada apatía hacia las necesidades reales de mi hija.Posdata 1: Les recuerdo mis últimas palabras del escrito realizado hace ahora dos meses a ustedes:“Mi hija sigue desgastándose y, por ende, yo como padre.Las secuelas que seguramente le están marcando es responsabilidad de todos y cada uno de los responsables que, desde el tutor hasta la lentitud de la toma de decisiones por parte de altos cargos de la Administración Autonómica están dando lugar a que esta niña de 9 años se esté pudriendo en la miseria de un sistema, que lejos de evolucionar y moldearse a las realidades que niños como estos necesitan, se plantean , en el mejor de los casos ofrecer una imagen de “coherencia y sensibilización”, sólo que parece que es poco interesante la individualización del problema; es decir esa cuantificación no parece ser una inversión interesante para la Administración. Esa es, al menos la impresión que como administrado me queda.La impresión como padre, obviamente es otra: más desgarradora, más lastimosa y severa. Pero uno tiene que seguir creyendo en el sistema: es perfecto o al menos el mejor posible. A veces los ciudadanos somos tremendamente pesimistas, ¿verdad?. ¡Como se nos ocurre ni siquiera dudar de este fabuloso sistema nuestro!.Mientras tanto, más de uno estamos pensando que, como en el carné por puntos, hay ciertos sectores de nuestra Administración que se quedaron sin puntos, sin crédito. Hágannos un favor y vuelvan a hacernos creyentes; pero háganlo ya: tenemos, queremos y necesitamos creer en ello. Pero repito, háganlo ya: mi hija necesita que su padre vuelva a creer, porque esa creencia será el presagio y el mejor indicador de que por fin se comenzó a responder a las necesidades y apoyos a una niña diagnosticada con este desgastante trastorno y que, si no se remedia, será, como ya expresé en algún escrito anterior, la crónica de un fracaso anunciado, no ya sólo escolar sino personal y a todos los niveles. Y recuérdenlo: Se lo deberá a todos y a cada uno de aquellos que tuvieron potestad y/o actitud para ayudar a una niña con un problema muy real y dañino, pero que finalmente; unos por desidia, otros por no considerar preocupante esta situación, e incluso muchos otros por corporativismo o pasividad dejaron finalmente que se enquistara para siempre.Me encantaría no tener que volver a recordárselo a nadie jamás. En sus manos está.“Ante tan alarmante y bochornosa situación, solicito contestación por escrito acerca del particular, a la mayor brevedad posible. Asimismo solicito reunión personal con usted.A todos y cada uno de los que envío esta documentación les recuerdo la obligación ética/moral como poco, de ayudar a niños como mi hija Silvia; cada uno con las herramientas de que disponga.En el fondo me queda un sabor agrio, incluso amargo porque como antes comentaba, no ya como administrado sino como padre tengo la impresión de que por atreverme a denunciar estos hechos, se me está obligando a exiliarme, a marcharme a otro colegio.Si por mi fuese me quedaba en el Colegio donde, incluso mi hijo pequeño de dos años seguramente comenzaría el próximo curso, pero reconozco que no puedo luchar con todo un sistema porque al final las víctimas, serán mis hijos, los que pagarán la factura de mi “osadía”. Así está sucediendo en el presente curso.La historia pasada parece no quedar tan lejos; uno se siente empujado a marcharse, aún sabiendo que sólo intentó ejercer sus derechos, los de sus hijos. Mi hija está herida, yo indignado… pero no pasa nada. Siempre hubo vencedores y vencidos, siempre habrá causas perdidas: Pasadas, futuras y, como no, presentes. Al fin y al cabo la historia individual y específica tiene muy mala memoria, desconoce esos pequeños detalles de gente que no representa mayorías, pero que lamentable y lentamente se vuelven “no creyentes”. (Del escrito enviado y registrado a usted el 21 de marzo de 2007)Posdata 2:Espero que cesen ciertos bulos y confusionismo al respecto para aclarar la realidad de mi hija: el TDAH. No busquen otros fantasmas ocultos, como ya se viene haciendo hace bastante tiempo a nivel local, para desacreditar este trastorno neurobiológico y genético. La quema de brujas debe quedar para otras cosas y otra sociedad.Quedo, pues constancias de esta previsión dada la dinámica e intento confusionistas del caso, seguramente acentuándose aún más cuando la opinión publica se haga eco de este lamentable suceso al que desgraciadamente me he visto obligado, por el respeto y cariño hacia mi hija.Finalmente, comunicarles que cualquier acto en contra del desprestigio o daño psicológico a la niña tras ponerme en contacto con los distintos medios de comunicación nacional y entes menores, hará que deje de acudir al centro por el poco tiempo de curso que queda.Villafranca de los Barros, 21 de mayo de 2007Atte.Manuel Rodríguez
Fuente: http://www.diariodirecto.com/tuperiodista/desarrollo-noticia.html?idNotUsr=420
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