La siguiente noticia, aparecida hace unos días, me resulta tan cercana y familiar por sus características que no tengo más remedio que volver a maldecir en voz alta a todas esas personas que callan y otorgan con su silencio cómplice y cobarde y a aquellos que activamente conforman la jauría de depredadores sociales. Asco, mucho asco, desaliento y rabia contenida ante la indiferencia y complacencia de muchas instituciones. ¡Basta ya!
1 comentario:
Ante semejantes atrocidades no entiendo la pasividad de políticos, instituciones, docentes, discentes y padres. Por mucho menos en otros ámbitos de la vida se sanciona y duro. ¿Por qué no aquí? BESITOS Y SALUDITOS DESDE JACA.
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