José Francisco Morales (Profesor de Psicología de la UNED)
El profesor de Psicología José Francisco Morales, ayer en A Coruña. / juan varela
"La mayoría de centros educativos no ponen freno a las conductas violentas entre el alumnado porque no sancionan estos comportamientos al considerar que están fuera de su responsabilidad". Este es uno de los problemas que impiden acabar con el acoso escolar, según el psicólogo de la UNED José Francisco Morales, que ayer impartió una charla sobre el tema en A Coruña
(ALEXANDRA MOLEDO | A CORUÑA)
Asegura que el contexto escolar es el factor determinante en los casos de bullying.
El profesor de psicología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) José Francisco Morales, quien impartió ayer en el Centro de Estudios de Riazor la conferencia Las experiencias negativas en al ámbito educativo, sostiene que los centros deben asumir su responsabilidad y atajar el problema de raíz antes de que haya que lamentar consecuencias más graves. El profesor también se pronunció sobre el anteproyecto de ley de convivencia escolar de la Xunta, que define como "excesiva" y considera que en el futuro incluso puede poner en peligro la "democracia interna" del sistema educativo.
-¿A qué experiencias negativas en el ámbito educativo se refiere?
-En la conferencia hablo desde de faltas de respecto hasta agresiones o maltrato tanto entre compañeros como con sus superiores a partir del punto de vista de la psicología social y de las organizaciones. También muestro algunos ejemplos muy dramáticos para explicar qué conductas sin sentido si se analizan teniendo en cuenta el contexto adquieren otra perspectiva.
-¿Qué ocurre para que sí tomen sentido?
-Pongamos como ejemplo el caso de Jokin C., un joven de 14 años que vivía en la localidad guipuzcoana de Hondarribia y se suicidó en septiembre de 2004 tras un año sufriendo acoso por parte de sus compañeros de instituto, convirtiéndose en la primera muerte en España por este motivo. Si tomamos el hecho de forma aislada es normal deducir que se trataba de un chico depresivo pero una vez que se conoce el contexto escolar la historia se interpreta desde otro prisma.
-¿Hasta qué punto influye el contexto?
-Hay rasgos psicológicos del perfil del acosador o la vulnerabilidad del acosado que pueden actuar como facilitadores de comportamientos violentos pero lo que realmente determina que se lleven a cabo es el contexto. En un entorno que castigue estos comportamientos y apoye a los que se sienten intimidados, es más complicado que exista acoso escolar.
-¿Se ha producido un incremento de este tipo de casos?
-Aunque no hay estadísticas rigurosas, en los últimos años han trascendido a la opinión pública varios hechos graves que dan la sensación de un cierto aumento.
-¿A qué se debe dicha subida?
-Una de las principales causas es el divorcio entre el profesorado y las familias porque el protagonismo excesivo de las familias en la actividad de los centros ha supuesto la pérdida de la autoridad de los docentes y ha generado malestar entre ambas partes.
-¿Qué responsabilidad tienen los centros en la prevención del problema?
-Desde la dirección de los centros a veces se propicia que persistan las conductas violentas porque no las sancionan al considerar que no son de su responsabilidad. A menudo, la situación va a más, trasciende los muros de la escuela y llega a los medios de comunicación e incluso a los jueces debido a que los responsables del colegio se desentienden de un problema que deberían resolver ellos y al no ponerle freno a tiempo se pierde el control.
-¿Dónde está la clave para la resolución de estos conflictos?
-Que los casos de acoso salten a los medios hace mucho daño al sistema educativo pero la solución la tienen los centros en su mano. El primer paso es aceptar el problema y luego realizar un análisis sistemático y profundo de por qué ocurre. La tendencia no cambiará mientras los colegios no comprendan que en este tema tienen la importantísima labor de formar a los alumnos a su cargo para que no sigan comportamientos agresivos, porque la mayoría de las experiencias negativas relacionadas con la violencia tienen lugar en el recinto escolar y en horario lectivo.
-¿Qué decisiones se deberían adoptar desde el punto de vista legal?
-La legislación española no cuenta con ningún texto en el que se otorgue carácter punitivo a estas experiencias y su aprobación, acompañadas de unas normas de buena conducta que los centros deberían aplicar de forma voluntaria, sería todo un avance.
-¿Qué opina de la ley de convivencia escolar que pretende aprobar el Gobierno gallego?
-Estoy al tanto de esta normativa y me parece excesiva porque dotar a los profesores de autoridad jurídica puede ser una solución al problema a corto plazo, pero con el tiempo acarreará otras complicaciones que ahora no existen como la pérdida de democracia interna de los centros. Además, si los alumnos en su colegio no ven qué es la democracia, ¿dónde lo van a aprender? Antes de llegar a este extremo se debería reconducir el proceso mediante el diálogo entre todos los miembros de la comunidad educativa, sobre todo para que las familias se conciencien de la importancia de la figura del docente en la educación de sus hijos.
-¿Qué medidas hay que adoptar con el acosador ante conductas agresivas?
-La mayor sanción para un alumno que ejerza acoso escolar es dar a conocer su conducta porque la mayoría actúa con secretismo. También estoy a favor de los cursos de formación y concienciación para que ellos mismos se den cuenta de la gravedad de tomar esas actitudes que violan las normas.
-¿Y con el acosado?
-El acosado lo primero que tiene que hacer es recuperar su autoestima y eso solo se consigue con ayuda psicológica, pues el apoyo de la familia y de su entorno no es suficiente.
Fuente: http://www.laopinioncoruna.es/sociedad/2011/03/02/jose-francisco-morales-centros-educativos-despreocupan-acoso-escolar/472727.html
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